SEMILLAS RESONANTES

Los espíritus vitales de los hombres, afinados al tono del Cielo y de la Tierra, expresan todos los temblores del Cielo y de la Tierra, así como varias citaras todas afinadas en «Kung» (la tónica) vibran cuando la nota Kung resuena. El hecho de la Armonía entre el Cielo y la Tierra y la Humanidad no viene de una unión física, de una acción directa, viene de una sintonía en la misma nota que produce las vibraciones al unísono… En el universo no hay azar, no hay espontaneidad, todo es influencia y armonía, acordes respondiendo a acordes.

Tang Tshing-chu, el siglo II AC

 

La antigua civilización china vio un equilibrio armónico significativo entre el Cielo y la Tierra, con Ritos y Música como los instrumentos de esta armonía. Este concepto antiguo es igualmente importante en el explorar el rol de la música en una nueva cultura. La comprensión de las leyes de la música era un factor natural en las sociedades de la antigüedad, donde cosmología y vida cotidiana interactuaban en un fascinante flujo de energías. La correspondencia entre sonidos y colores, las formas, los planetas, los flujos esenciales, las piedras sagradas, los animales y las estaciones nos muestran que la música no sólo representa una emoción estética condicionada por su forma o belleza melódica, sino también un significado esencial o «ethos». El poder catártico de la música, sus aspectos curativos y su capacidad educativa inherente son evidentes aún hoy.

Los sonidos pueden evocar emociones, imágenes de seres o paisajes en nosotros. Esto es porque los aspectos diferentes del mundo manifiesto corresponden uno al otro, y la música es una manera de exteriorizar estas correspondencias. Las composiciones más inspiradas son las evocaciones de un estado de conocimiento. A través de un proceso de afinación el «compositor» percibe un arquetipo, que tiene un impacto meditativo profundo. Esta intuición entonces se traduce en sonidos musicales. Durante el momento inicial de la inspiración, un sentido de tiempo y espacio desaparecen y un nuevo «espacio» se materializa, con una calidad regida por nuestra percepción audio-mental, semejante al idioma y su gramática.

La percepción del tiempo y el espacio expresan un conocimiento particular del mundo y del universo. En la música, una manifestación en el tiempo, nosotros tenemos una manera impresionante de trascender estos límites. Cada sonido ofrece un límite y un puente, una barrera y una puerta dorada en la que la vida se manifiesta como uno de los rayos del sol. Este puente, más allá del tiempo y del espacio, es un canal de la Tierra al Cielo y del Cielo a la Tierra. Las doctrinas antiguas (y también nuestra cultura Occidental) reconocieron y utilizaron este puente en muchos sentidos, desde actitudes devotas hasta conceptos mentalizados de la existencia y desde la búsqueda para el equilibrio entre los opuestos hasta la concepción de la Tierra como un objeto sin vida. Malentendidos y desconexión han creado una cristalización del rol de la música y de sus posibilidades efectivas, porque la mera limitación a leyes acústicas o a una estética formal conduce al desequilibrio, el mismo desequilibrio que podemos traer a nuestra vida.

La vida actúa en una manera maravillosa y musical. En cada experiencia, átomo o sonido, está la semilla de la futura expansión: armónicos de la tónica. Un entero universo existe en un sonido, y la riqueza de cualquier sonido se percibe porque en su interior vibra la armonía o las posibilidades futuras de unirse con otros sonidos. Es una ley de la vida. Lo mismo sucede con el ritmo. El principio del ritual en el universo es el ritmo. Comprendemos el significado del ritmo porque vemos la relación entre dos eventos, o dos compases musicales. Cuando el ritmo acelera, experimentamos la pérdida de nuestra percepción del espacio entre los elementos, y así alcanzamos una nueva conciencia de una onda diferente y mas elevada que es una síntesis de los ritmos pasados y de algo más.

Los pasos para penetrar los arquetipos de una nueva civilización son iguales a aquellos para lograr una expansión de conciencia.

Cuando esta expansión de conciencia ocurre, el pasado entero disminuye gradual y rítmicamente hasta llegar a ser parte de una nueva unidad. Los cambios centrales y cada uno de nuestros átomos se infunden con un tipo de energía diferente. Nuestro punto de vista asume una creciente perspectiva y nuestra visión se expande desde ver partes de la unidad hasta un total conocimiento de la realidad global.

La música en una cultura más madura tendrá un significado más amplio. Los armónicos que son hoy imperceptibles para nosotros vibrarán poderosamente, resonando con las calidades más altas de las los flujos de la vida. Los seres humanos son naturales cuerdas musicales, y todo en la naturaleza y en el cosmos emite la canción del universo. Nuestras cuerdas interiores y sus contrapartes físicas serán preparados para afinarse a las necesidades. Este proceso de mutación no significa que proyectaremos nuestra actual conciencia en un futuro ilusorio, sino que llegaremos a ser uno con la vida mientras se despliega. Debemos armonizar nuestros ritmos a los de la Vida.

Cuando comprendamos estas leyes seremos capaces de ampliar nuestras ideas acerca de la música y su función en el mundo. Veremos cómo la música penetra en cada acto, desde el desarrollo esencial de la célula hasta la apertura del corazón y la convergencia de las ondas cerebrales. La música nos permitirá descubrir las pautas verdaderas del universo, el significado de las galaxias, de las estrellas y «quién» es el planeta Tierra en su totalidad.

El sonido y la vibración formarán la base para un nuevo acercamiento científico a la vida de la naturaleza. Los sonidos emitidos por los reinos mineral, vegetal y animal serán llaves para comprender su origen esencial. El tono de la voz humana revelará los aspectos más importantes de la personalidad para el desarrollo de las cualidades del alma, y la psicología se considerará realmente el Sonido del Alma (Psique-Logos). Comprenderemos más a fondo la conexión entre la política y la música, una conexión que Confucio y Platón encontraron normal y natural.

El arte está profundamente conectada con la civilización, anunciando las pautas del cambio. El rol del artista deberá preparar el camino para nuevos profundos conocimientos sin limitación o prejuicio. Creo que a este punto de transición será el artista – en el sentido más alto de la palabra –uno de los guías principales hacia el próximo paso.

El objetivo de las próximas décadas deberá ser ampliar la visión de la música a través de la educación global y la experiencia, con nuevas formas de participación y aplicación del conocimiento.

El primer paso es ayudar a los músicos a experimentar el verdadero significado de lo que ellos están realizando; cómo la emisión de la conciencia es necesaria cuando cantamos o tocamos un instrumento, cómo todo está conectado con la vida. Algunas de las formas del rol de la música son la musicoterapia, la catarsis, la comunicación, las relaciones armónicas, el contacto creativo y la curación de la Tierra. Pero su rol esencial es expresar atentamente, alegremente y científicamente, con un nuevo Sonido, el Amor que penetra el Universo.

 

Daniel Levy

Academia Internacional de Eufonía